El Newcastle United no atraviesa por su mejor estado de forma.
A pesar del buen comienzo de temporada con tres victorias y un empate, el equipo de Eddie Howe no estaba jugando como nos ha estado acostumbrando apenas unos meses atrás y los resultados fueron conseguidos gracias a las acciones individuales.
Siempre se dijo que quien juega con fuego finalmente se quema y eso es lo que acabó sucediendo el sábado ante el Fulham. El Newcastle cayó derrotado por 3 goles a 1 y dando una mala imagen, sobre todo en la primera mitad, una tendencia que se ha repetido en toda la temporada pero esta vez la suerte no estuvo del lado de los Geordies.
Aunque desde la directiva continúan respaldando al técnico británico, lo cierto es que hay una parte de la afición que ha comenzado a perder la paciencia. Y con razón. Sus equipos siempre se han considerado por demostrar una alta presión desde el comienzo del encuentro y replegar cuando perdían el esférico, además de cerrar líneas para evitar que los rivales atraviesen entre ellas.
La realidad es que de todo eso ya no queda nada. Desde el comienzo de la temporada pasada, el equipo muestra claras evidencias de que si quiere ganar debe de tirar de acciones individuales y eso le ha pasado factura al no conseguir la clasificación para ninguna competición europea. Si bien es cierto que ni las lesiones ni la cantidad de encuentros tampoco ayudaron, pero una vez que avanzaba la temporada la tendencia seguía siendo la misma.
Este año la historia es diferente, pues con una menor carga de encuentros y con la mayoría de efectivos recuperados, lo lógico es que volvieran a recuperar la forma de juego, aunque la realidad es que el comienzo de temporada ha sido el mismo que el final, tirando de épica e individualismos que no han convencido a la afición.
Las comparaciones son odiosas pero sólo hay que ver cómo juega el Aston Villa de Unai Emery y este equipo y no hay color, cuando lo más lógico es que con una platilla mejor y con una fuerte inversión de Arabia Saudí deberías de estar por delante en la clasificación, ahí se muestra cuando un entrenador tiene la capacidad de sacar rendimiento a las herramientas que dispone.
Asuntos extradeportivos
Durante los últimos meses, hubo un montón de rumores que involucraban de manera indirecta a Eddie Howe. El primero y más repetido fue con los directores deportivos, primero con Dan Ashworth y después con Paul Mitchell. Al parecer, Howe no compartía la misma visión que ambos directivos, pues mientras ellos eran partidarios de mejorar la plantilla con jugadores de otras ligas, Eddie es más partidario de fichar a jugadores británicos de la Premier League, lo que provocó la salida de Ashworth al Manchester United y el descontento de Mitchell por no realizar un fuerte mercado de fichajes.
La segunda crítica de la afición hacia Howe es la poca apuesta por los jugadores de los equipos Sub-18 y Sub-21. El Newcastle tiene decidido a apostar fuerte por su cantera y durante el tiempo que lleva Arabia Saudí en el poder, han invertido en muchos talentos prometedores como Trevan Sanusi o Rory Finneran. La realidad es que el único que ha participado con cierta frecuencia ha sido Lewis Miley hasta su lesión en el mes de marzo.
Otra de las quejas hacia Howe ha sido la poca rotación de sus jugadores, así como la imposibilidad de tener un plan B de juego. En alguna rueda de prensa, sobre todo en la temporada 2022-23, Eddie ha resaltado que cuando hay algo que funciona bien, lo conveniente es no tocarlo, la realidad es que desde la temporada pasada ni su sistema de 4-3-3 ni el rendimiento de diversos jugadores convencen a cualquiera y aún así seguía apostando por lo mismo.
Por último, también se le cuestiona el tiempo que tarda en realizar los cambios, especialmente cuando el resultado no está siendo favorable, como sucedió el sábado anterior en Londres. Sandro Tonali salió a falta de 15 minutos para finalizar dicho encuentro y al equipo no le dio tiempo a dar la vuelta al resultado. En definitiva, son muchas situaciones negativas a las que se les ha atribuido a Howe.
Está claro que algo falla y que el Newcastle United no es capaz de dar el salto al siguiente nivel, se creyó que fue por la situación de fairplay financiero y por tanto no era capaz de mejorar la plantilla, también se creyó que era necesario un cambio de director deportivo porque no era posible trabajar con Ashworth cuando el mismo estaba haciendo su trabajo en base al límite presupuestario, también se creyó que Mitchell no fue capaz de traer a un defensa central cuando tenía varias opciones bajo la manga... Luego se supo que Howe solamente quería a Marc Guéhi, cuando el Crystal Palace pedía 75 millones de euros. ¿Será Eddie Howe el problema?
Mirando atrás
Tanto el Newcastle como sus aficionados estarán eternamente agradecidos por todo lo que ha hecho Eddie Howe y cómo ha transformado un equipo que luchaba por no descender y lo heredó en última posición a un equipo que compite cara a cara con cualquier rival y ha conseguido clasificarlo a una final de EFL Cup y a la UEFA Champions League.
Gracias a Howe, jugadores como Joelinton, Fabian Schär, Jacob Murphy, Sean Longstaff o Miguel Almirón han conseguido dar el salto a un nivel superior cuando antes de su llegada, eran jugadores deshauciados por la afición y por el anterior entrenador. Gracias a Howe, se consiguió disciplina en la plantilla y dejó fuera a aquellos que no se sentían capaces de dar lo mejor de sí.
Sin duda, Eddie Howe ya es uno de los mejores técnicos que ha tenido el Newcastle United en sus 132 años de historia y ha conseguido dar un salto de nivel enorme en sus primeros 18 meses al frente del club.
Ahora, el club ha entrado en la segunda fase del proyecto saudí, después de conseguir los objetivos mencionados con anterioridad, ahora han elevado el nivel aún más con el objetivo de luchar por todos los títulos disponibles y con la firma de lujosos patrocinadores como Adidas o Sela o los recientes fichajes de nivel élite como Sandro Tonali, creen que es posible alcanzar dichos objetivos de inmediato.
Tanto la directiva como la mayor parte de la afición sigue teniendo plena confianza en el técnico británico y esperan que sea capaz de volver a recuperar la identidad de juego que le caracterizaba, así como la garantía de que la plantilla está en condiciones de competir por levantar un trofeo oficial que se resiste 56 años. En caso de no cumplir con las expectativas, puede que la paciencia se agote y reciba un ultimátum para evitar su despido antes de finalizar la temporada.
Esta temporada es clave para el club, ya que debido a la situación de fairplay y a una segunda temporada fuera de Europa, puede desembarcar la salida de piezas clave y sobre todo, el final de Eddie Howe en Tyneside. Las próximas semanas y con los resultados deportivos se verá cuál es el destino que puede deparar en el nordeste de Inglaterra.
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