El martes fue un día emotivo para el fútbol uruguayo.
Después de una carrera con su país que duró 17 años, 69 goles y 142 apariciones, Luis Suárez anunció su retiro internacional.
El ex delantero del Liverpool y del Barcelona, que todavía juega para el Inter Miami de la Major League Soccer de Estados Unidos, pasará a la historia como uno de los mejores jugadores de Uruguay, ayudándolos a triunfar en la Copa América de 2011.
Nadie necesita que le recuerden demasiado su estelar carrera, habiendo ganado cinco trofeos de LaLiga, un trofeo de la Champions y cuatro Copas del Rey durante su estancia en Europa, que aparte de su exitosas y recordadas etapas en el Barcelona y Liverpool, también se incluyen etapas en el Atlético de Madrid, Groningen y Ajax. También consiguió ganar títulos individuales, como ser 2 veces Bota de Oro (13/14 con 31 goles y la 15/16 con 40 goles) en la época de Messi y Cristiano.
También tuvo su cuota de controversias, incluyendo golpear el balón en la línea para negarle a Ghana la victoria contra Uruguay en los cuartos de final de la Copa Mundial de 2010, morder a tres oponentes en su carrera y recibir una suspensión de ocho partidos por insultar racialmente a Patrice Evra.
Analizamos los humildes comienzos de Suárez en Uruguay y cómo una historia de amor lo ayudó a convertirse en uno de los delanteros más temidos de Europa de los últimos 17 años y terminar como el máximo goleador de todos los tiempos de su país.
"ME DIJO QUE JUGARÍA EN EL BARCELONA"
Nacido en Salto, la segunda ciudad más poblada de Uruguay, donde también nació Edinson Cavani del Manchester United apenas 21 días después, Suárez se crió en una familia numerosa con poco dinero, tanto que su madre Sandra describió una vez cómo nunca pudieron permitirse un par de botas de fútbol para él.
A la edad de siete años, Suárez se mudó a la capital de Uruguay, Montevideo, con sus padres y seis hermanos, y jugó fútbol juvenil en Urreta antes de cambiarse a Nacional a los 14 años.
Impresionó en las categorías inferiores antes de debutar con el primer equipo en mayo de 2005 contra el Junior de Barranquilla colombiano en la Copa Libertadores, pero las cosas no le fueron nada bien.
Su primer gol no llegó hasta cuatro meses después y falló tantas oportunidades que sus propios aficionados solían abuchearlo.
El entonces entrenador de Nacional, Martín Lasarte, le dijo a BBC Sport: "El carácter de Luis fue muy importante durante todos esos meses sin marcar. Para Nacional, Suárez era el mejor jugador juvenil del club, pero tenía que ganarse un lugar en el primer equipo" ya que Bruno Fornaroli y Martín Cauteruccio eran los favoritos de los fanáticos.
"Un día después del entrenamiento salí a pasear con él, le dije que en el próximo partido se sentaría en el banquillo y recuerdo que Luis se enfadó mucho conmigo. No entendía que eso era lo mejor para él, pero en vez de deprimirse o enfadarse, hizo un doble entrenamiento por su cuenta".
"Recuerdo que otro día Luis me dijo que en el futuro iba a jugar en el Barcelona y que no se rendiría hasta conseguirlo. Ya sabes que el Barcelona en aquella época era como un sueño imposible, pero la historia está marcada: lo consiguió".
"LLLEVABA EL ESPÍRITU COMPETITIVO DESDE PEQUEÑO"
Gracias en gran parte a la confianza de Lasarte en él y a la propia fortaleza mental de Suárez, el delantero perseveró y terminó con 10 goles en 27 partidos cuando Nacional ganó el título uruguayo.
Sebastián Abreu, ex compañero de Suárez en la selección de Uruguay y Nacional, dijo: "Era como un niño con mentalidad de león. Luis tiene una mentalidad tan ganadora que entrenaba para ganar en todo lo que jugaba. Un día vino y me dijo 'sé que todos ustedes están delante de mí en el equipo, pero los voy a ganar a todos'".
"Utilizó las situaciones difíciles como motivación para el éxito. Nada era imposible para él, incluso en esa época. Nunca se lució en los entrenamientos, entrenó duro muchas veces en secreto sin que lo supiéramos y se preparó para ser el mejor delantero de todos los tiempos en Uruguay".
Mathias Cardacio, amigo de Suárez que jugó con él en las categorías inferiores y en el primer equipo de Nacional, recuerda cómo solían llegar una hora antes al entrenamiento.
Dijo: "Cuando estábamos en el juvenil de Nacional, entrenábamos a las 6 de la tarde, pero él me buscaba a las 5 de la tarde para llegar temprano al campo de entrenamiento a tirar los tiros y los penales antes de que llegara nadie más. Así era Luis a cada paso, quería perfeccionar sus habilidades. No quería perder en nada.
"Recuerdo cuando jugamos contra Huracán en las inferiores de Nacional y ganamos 18-0, con 11 goles de Suárez. No podía bajar el ritmo, era un animal que siempre quería más y más.
"En todas las competiciones quería ganar, ya fuera en fútbol o en cartas. Llevaba en el cuerpo el espíritu competitivo desde pequeño".
"SIEMPRE ESTABA PENSANDO EN SOFÍA"
Las hazañas de Suárez frente al arco le valieron un traslado al club de primera división holandesa Groningen en 2006, donde sus 10 goles en 29 partidos de liga le valieron un debut con Uruguay y un traspaso por 6,75 millones de libras al Ajax.
El resto es historia, ya que después de 111 goles en 159 apariciones con el club de Ámsterdam, se trasladó a Liverpool por 22,7 millones de libras en 2011 antes de dirigirse a Barcelona y luego al Atlético.
Bruno Silva, ex compañero de equipo del Groningen y compatriota uruguayo, dice que la mudanza de Suárez a Europa nació inicialmente por amor, más que por un deseo de mejorar su carrera profesional.
Su novia de 13 años, y ahora esposa, Sofía, se mudó a Barcelona por motivos familiares con tan solo 15 años y -aunque mantenía una relación a distancia- Suárez estaba decidido a mudarse más cerca de ella.
Silva dijo: "Su decisión de venir a Europa siempre fue pensando en estar cerca de su esposa, Sofía, que estaba en Barcelona. Estaba decidido, jugando como una persona que tiene hambre de llegar al máximo nivel rápidamente".
Diego Forlán, Bota de Oro del Mundial 2010, añadió: "En el Mundial 2010 y en la Copa América 2011 donde ganamos el campeonato, vimos una versión sobresaliente de Suárez, que en cada entrenamiento quería ganar, ser el mejor.
"Pero cada vez que Suárez se caía con algo, tenía a Sofía para levantarse, tenía esa motivación de nunca decepcionar a su familia. Todas las cosas que le sucedieron a Luis, desde Evra, hasta la suspensión por morder o incluso con sus lesiones, él tenía a Sofía con él y ese es su apoyo en la vida".
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